Protección solar en niños.

Todo lo que necesitas saber para proteger la piel de tu peque del sol.

Bebés.

Los bebés de menos de 6 meses no pueden exponerse al sol ni utilizar protección solar. Los bebés tan pequeños están recién salidos del horno, la barrera de la piel es muy fina y el sistema inmunitario está por fortalecerse. Seguro que estarás pensando… pero en muchos protectores solares de niños pone “desde cero meses”. Es cierto. Sin embargo, la recomendación de los pediatras es evitar filtros solares de cualquier tipo en los primeros seis meses de vida.

Además del cubo y la pala, gafas de sol y gorra para bajar a la playa.

Los ojos son los grandes olvidados porque no los podemos embadurnar de crema. Si los adultos llevan gafas de sol. ¿Por qué no van a poder llevarlas los niños? Asegúrate que las gafas de sol sean reglamentarias, deben tener el símbolo CE y deben tener el filtro UV 400. Una gafa mal es peor que no llevar gafas. El gorro o sombrero les protege la cara e impiden que absorban toda la radiación por la cabeza.

Ropa con protección.

Siento decirte que la camiseta mojada de bajar a la playa no sirve. La ropa con protección solar, suelen ser camisetas o bañadores que vienen identificadas con las siguientes siglas: UPF. El UPF (ultraviolet protection factor) de la ropa es como el SPF (sun protection factor) de las cremas. Un UPF 50+ nos protegerá frente a más del 97% contra la radiación UVA y UVB. Por lo tanto busca 50+ tanto en las cremas de protección solar como en las prendas de ropa.

Filtros físicos en niños pequeños.

Los filtros solares se dividen en filtros físicos o minerales y los filtros químicos. Los filtros químicos absorben la radiación solar convirtiéndola en calor mientras que los filtros físicos, como el óxido de zinc, reflejan la radiación solar. Los filtros físicos son más resistentes, no suelen contener perfume y producen menos alergias. Son ideales para niños con dermatitis atópica o alergias en la piel. Por eso, para niños menores de 3 años son una buena opción.

Quemaduras y riesgo de cáncer de piel.

Las quemaduras por el sol no tienen la misma implicación en la piel del niño que en la del adulto. Obviamente quemarse nunca es bueno, pero los niños que se queman (quemaduras graves con aparición de ampollas) tiene el doble de riesgo de padecer cáncer de piel en la edad adulta.

La piel tiene memoria.

A lo mejor estás harta de oír esta frase pero define a la perfección la relación del sol con nuestra piel. “Perdona pero no olvida”, podría ser otra frase para definir esta relación. La piel perdona, porque después de quemarse se regenera pero va acumulando el daño celular. Este daño celular se va manifestado arrugas, manchas, flacidez y en casos peores, cáncer de piel. ¡Ojalá tuviésemos un botón de “reset” para volver a tener la piel de un bebé!

Protección solar vía oral.

La fotoprotección oral es un extra de protección que le ofrecemos a nuestro organismo. Se trata de complementos alimenticios formulados con antioxidantes que combaten el estrés celular provocado por la radiación solar. Además de la función antioxidante han demostrado tener eficacia fotoinmunoprotectora. Están compuestos por beta-carotenos, licopeno, vitamina C, vitamina E, Polypodium leucotomos… ¡Toda protección es poca frente al sol!

¡Pásate por la farmacia y te aconsejaremos el mejor protector solar para tu peque!

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